El ferrocarril en El Salvador fue una importante industria que impulsó el comercio y transformó la forma de hacer negocios en el país. Pero, ¿cuántos años duró la construcción de este sistema de transporte tan importante?
El inicio del ferrocarril en El Salvador
En 1882, las primeras locomotoras llegaron a El Salvador a través del Puerto de Acajutla, en el departamento de Sonsonate. Estas locomotoras, conocidas como las American Tai, fueron traídas desde Inglaterra por la empresa inglesa The Salvador Railway Construction Co.
La empresa comenzó la construcción del ferrocarril con la locomotora número uno, seguida de las locomotoras dos, tres, cuatro y cinco. Posteriormente, se agregó otro grupo de locomotoras, desde la número 6 hasta la número 1
En la actualidad, solo la locomotora número 8 se encuentra en exhibición en Sonsonate, en el Monumento a los Ferrocarrileros. Las demás locomotoras fueron destruidas o vendidas a una fundidora en San Salvador llamada Tinetti.
La expansión y consolidación del ferrocarril
El ferrocarril en El Salvador se expandió rápidamente, llegando a tener 141 estaciones a lo largo de su recorrido. Estas estaciones variaban en tamaño, desde las más pequeñas hasta las más grandes, con personal de planta.
La construcción del ferrocarril permitió la conexión de los puertos con los puntos de consumo más importantes en el país. Esto facilitó el transporte de pasajeros y carga, y potenció importantes acuerdos comerciales, como el primer tratado con Estados Unidos, firmado en 185
La construcción del ferrocarril fue llevada a cabo principalmente por empresas inglesas y norteamericanas. Estas empresas se unieron para formar un circuito que atravesaba todo El Salvador, con una extensión total de 555 kilómetros de vías férreas.
La duración de la construcción del ferrocarril
El ferrocarril en El Salvador comenzó a operar oficialmente en junio de 1882, cuando el presidente Rafael Zaldívar inauguró el servicio con la llegada de la primera locomotora a Sonsonate.
La construcción del ferrocarril se llevó a cabo en diferentes etapas a lo largo de los años. En noviembre de 1882, se firmó un acuerdo para la construcción del ferrocarril de Sonsonate a Santa Ana, pero este acuerdo no tuvo aplicación debido a la falta de aprobación por parte de la Asamblea Legislativa.
Finalmente, en 1987, el ferrocarril pasó a manos del Estado y en 1912 fue dado en concesión a International Railways of Central América (IRCA), una empresa norteamericana. Sin embargo, en 1971, IRCA perdió la concesión por incumplimiento de contrato y el ferrocarril volvió a ser administrado por el Estado.
Desde 1974, las dos empresas se unieron bajo el nombre de FENASAL (Ferrocarriles Nacionales Salvadoreños) y posteriormente pasó a llamarse Ferrocarriles Nacionales de El Salvador (FENADESAL) en 197
El fin del ferrocarril en El Salvador
El ferrocarril en El Salvador enfrentó varios desafíos a lo largo de su historia, como el daño a la infraestructura durante el conflicto armado y la falta de inversión para su reconstrucción y modernización. Además, el creciente tráfico vehicular por las carreteras también afectó la demanda de transporte ferroviario.
Finalmente, debido a estos desafíos y a la falta de inversión, el ferrocarril en El Salvador cesó sus operaciones. El sistema del tranvía duró poco más de 100 años, siendo una parte importante de la historia y desarrollo del país.
La construcción del ferrocarril en El Salvador duró varios años y fue llevada a cabo por empresas inglesas y norteamericanas. Este sistema de transporte fue fundamental para el desarrollo y la economía del país, transformando la forma de hacer negocios y potenciando el comercio nacional e internacional. Sin embargo, debido a varios desafíos y la falta de inversión, el ferrocarril cesó sus operaciones después de más de 100 años de servicio.
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