En España, el sector ferroviario ha experimentado numerosos avances en los últimos años, especialmente con la construcción del AVE y la mejora de las conexiones de tren de cercanías. Sin embargo, no todo ha sido un camino sin obstáculos. Recientemente, se ha descubierto un grave error en el galibo de los trenes en Cantabria, lo que ha generado retrasos significativos en el transporte ferroviario en la región.
El error que afecta a los trenes de Cantabria
La empresa Renfe Cercanías tenía previsto añadir 21 nuevos trenes a su flota en Cantabria en el año 2020. Sin embargo, se descubrió que los trenes no cumplían con las medidas de galibo necesarias para circular por los túneles de la región. Este error ha generado un retraso de dos a tres años en la puesta en funcionamiento de los convoyes.
El responsable de la construcción de los trenes fue la empresa Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), quien proporcionó las dimensiones de galibo incorrectas. Estas medidas correspondían a los túneles nuevos, que difieren en tamaño de los antiguos túneles construidos en el siglo XIX en Cantabria.
Explicaciones y responsabilidades
La secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, ha admitido que existió una discrepancia en las especificaciones de galibo en el contrato y que la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria debe determinar si los trenes de CAF cumplen con los requisitos de seguridad. Sin embargo, no se ha aclarado quién es el responsable de este error: si Renfe como solicitante del pedido, Adif como titular de las infraestructuras o CAF como constructor de los trenes.
El coste de los 21 trenes que no cumplen con las medidas de galibo asciende a 258 millones de euros, lo que ha generado controversia y debate sobre quién debe asumir la responsabilidad económica de esta situación.
Posibles soluciones y plazos
Ante este problema, se han estudiado diversas alternativas para solucionar la situación. Una opción sería fabricar trenes con dimensiones más pequeñas que se ajusten a los túneles existentes, pero esto afectaría negativamente a las prestaciones y comodidad de los pasajeros. Otra opción sería adaptar la infraestructura de los túneles, pero esto implicaría plazos largos y costes elevados.
Finalmente, se ha optado por un enfoque comparativo, en el que se evaluarán diferentes soluciones para minimizar el impacto en los viajeros. Sin embargo, esto implicará un retraso adicional de dos a tres años en la entrega de los trenes, lo que supone un incumplimiento significativo del plazo establecido en el contrato.
El contrato original establecía un plazo de ejecución de 220 meses, incluyendo el mantenimiento de algunas unidades durante 15 años. Por lo tanto, los primeros trenes debían haber estado listos en octubre de 2024, pero con el retraso causado por el problema de galibo, es probable que la entrega se retrase aún más.
El problema del galibo ferroviario en Cantabria ha generado retrasos significativos en el transporte ferroviario de la región. Aunque se están buscando soluciones para minimizar el impacto en los pasajeros, es innegable que este error ha supuesto un contratiempo importante en el desarrollo del sistema ferroviario en España.
Esperemos que se encuentre una solución pronta y efectiva para este problema, y que en el futuro se tomen las medidas necesarias para evitar este tipo de errores que afectan a la eficiencia y puntualidad del transporte ferroviario en el país.
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