La revolución del hierro y la industria ferroviaria

La revolución industrial del siglo XVIII y XIX trajo consigo grandes avances en la tecnología y la producción, entre ellos, la sustitución del carbón vegetal por el mineral y la obtención de grandes cantidades de hierro fundido. Estos avances tuvieron un impacto significativo en la industria ferroviaria y en la arquitectura en general.

Índice de Contenido
  1. La importancia del hierro en la revolución industrial
  2. Impacto en la arquitectura
  3. Arquitectos destacados
  4. Desarrollo de la tecnología del hierro
  5. Estaciones de ferrocarril
  6. Aplicación del hierro en la industria y el comercio

La importancia del hierro en la revolución industrial

El hierro fundido es un material duro, inflexible y resistente a la compresión, lo que lo convierte en una opción ideal para la construcción de máquinas y estructuras ferroviarias. Durante el siglo XIX, se desarrollaron nuevas tecnologías para trabajar el hierro, como el laminador universal, que permitió la fabricación de grandes vigas de hierro forjado.

Más tarde, el acero, una combinación de hierro y carbono, reemplazaría al hierro fundido y forjado debido a su mayor resistencia y elasticidad. Estos avances en la metalurgia del hierro fueron fundamentales para el desarrollo de la industria ferroviaria.

Impacto en la arquitectura

La introducción del hierro en la arquitectura generó un debate entre los arquitectos de la época. Algunos consideraban que los edificios construidos con hierro eran artefactos extraños, sin belleza arquitectónica, mientras que otros aceptaban con agrado las innovaciones debido a sus beneficios funcionales.

En Inglaterra, el uso del hierro en la arquitectura se comenzó a generalizar en el siglo XVIII, principalmente en la construcción de cubiertas. Posteriormente, se extendió a otros tipos de edificaciones como puentes, viaductos, estaciones de ferrocarril, invernaderos, mercados y almacenes comerciales.

Las tipologías donde el hierro era el componente exclusivo o mayoritario eran los arcos de grandes luces y las estructuras adinteladas. Estas construcciones lograban una gran limpieza espacial y representaban una manifestación clara del uso del hierro en la arquitectura.

Arquitectos destacados

A pesar de las reticencias iniciales, algunos arquitectos se destacaron por su uso innovador del hierro en sus obras. Uno de ellos fue Henri Labrouste, quien se autoproclamaba arquitecto del hierro. Sus obras más destacadas, como la biblioteca de Santa Genoveva y la Biblioteca Nacional de Francia, mostraban la aplicación funcional y espectacular del hierro en la arquitectura.

Otro arquitecto relevante fue Boileau, quien construyó iglesias exclusivamente con hierro y con formas neogóticas, como las de Saint Eugène de París o la de Saint Paul de Montlucon.

Desarrollo de la tecnología del hierro

El siglo XIX fue testigo de un constante desarrollo en la tecnología del hierro. Las exposiciones universales, como la de Londres en 1851 y la de París en 1889, fueron espacios de experimentación con el hierro en la arquitectura. Se construyeron grandes pabellones cubiertos por armaduras metálicas y cristal, como la Torre Eiffel y la Galería de Máquinas en la exposición de París.

Inglaterra fue pionera en la aplicación del hierro en la construcción de puentes, como el de Coalbrookdale en 1775, que utilizó hierro fundido en un solo arco. Thomas Telford, un importante ingeniero de la época, diseñó numerosos puentes de hierro.

La combinación de la estructura metálica con elementos arquitectónicos historicistas también fue común en la arquitectura del hierro. Por ejemplo, el puente de Craigellachie, diseñado por Polenceau, utilizó este sistema y mostró una fusión entre la tecnología del hierro y el estilo neogótico.

Estaciones de ferrocarril

Las estaciones de ferrocarril fueron otra de las tipologías fundamentales en la arquitectura del hierro. Inicialmente, se construyeron con madera, pero posteriormente se utilizaron estructuras de hierro para las cubiertas de los andenes y los edificios de viajeros.

Algunas estaciones, como la Estación Oeste de Budapest y la Estación de Delicias en Madrid, mostraban la estructura metálica del andén tanto en los laterales como en la fachada, resaltando la exaltación tecnológica del hierro. Estas estaciones se convirtieron en hitos arquitectónicos en el centro de las ciudades.

Aplicación del hierro en la industria y el comercio

El hierro también tuvo un impacto significativo en la industria y el comercio. Se comenzó a utilizar en el interior de los edificios, reemplazando los pilares de fábrica por columnas de hierro fundido. Además, se construyeron fábricas y establecimientos comerciales con estructuras de hierro, como la fábrica de hilaturas de algodón en Salford, Manchester, diseñada por J. Watt.

El modelo de construcción de hierro utilizado en las fábricas y los establecimientos comerciales sentó las bases para el desarrollo de los rascacielos más tarde. Los almacenes y galerías comerciales también fueron construidos con hierro y cristal, como los célebres Bon Marché en París, obra de Eiffel.

La revolución industrial del carbón y el hierro tuvo un impacto significativo en la industria ferroviaria y en la arquitectura en general. La introducción del hierro permitió la construcción de estructuras más grandes y resistentes, lo que impulsó el desarrollo de la industria ferroviaria y cambió la forma en que se construían los edificios. A pesar de las reticencias iniciales, los arquitectos comenzaron a aceptar y utilizar el hierro en sus obras, lo que llevó a la creación de obras maestras de la arquitectura del hierro.

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